La transición de la televisión
analógica a digital no es fácil, implica para las compañías cambiar toda la
infraestructura actual. Para el televidente implica el gasto en una nueva
televisión o en un convertidor analógico-digital, antenas y demás accesorios.
En algunos países ésta transición tomará muchos años. Obviamente los países más
desarrollados empezarán primero con este cambio tecnológico. La televisión
pública que básicamente se transmitirá por las frecuencias de la TDT, por ser
gratuita, su despliegue será más lento. En cambio los sistemas de televisión de
pago será más rápida dicha transición, principalmente en los sistemas de
televisión por cable, ya que los servicios de televisión de pago por satélite
desde su inicio (1994), siempre han sido digitales.
Como conclusión se podría decir que son muchas ventajas las que
brinda la digitalización del sistema de TV, entre ellas, ofrece audio y video
de calidad superior, altas resoluciones, mejor uso del ancho de banda, mayor
compatibilidad con equipos de cómputo e Internet y ofrece capacidades de enviar
datos adicionales al audio y video. La transición a la televisión digital es un
hecho actual con trasfondos económicos y políticos. Muchas de las compañías
operadoras de servicios de televisión han estado presionando a sus respectivos
organismos regulatorios de telecomunicaciones para permitir la digitalización
en los medios (radio y televisión). Lo cual les permitirá ofrecer más canales
de televisión en el mismo espectro, una adecuación al tipo de televidente a
quién van dirigidos los programas y comerciales, y en síntesis mejores
oportunidades de negocio.
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